Las 50 de 2023

por Mauricio González Lara

Las películas y series que más me gustaron en 2023. Sólo incluí obras que se exhibieron en salas comerciales, el circuito cultural, la Cineteca Nacional y/o están disponibles en plataformas nacionales o formato físico (Blu-ray/DVD). Trabajos como The Holdovers y Anatomy of a Fall tendrán que ser considerados para el siguiente año.

1 Trenque Lauquen. Tarde o temprano, todos nos convertimos en detectives (de nuestro pasado, de nuestro espíritu, de nuestra existencia).  Al igual que Vértigo, La aventura, Bajo la arena y Mulholland Drive, obras con las que comparte un arriesgado espíritu iconoclasta -y que a su manera también son relatos de detectives- Trenque Lauquen parte de una desaparición. Dos hombres -Rafael y Ezequiel-circulan por Trenque Laquen, municipalidad localizada a 445 kilómetros de Buenos Aires, en busca de Laura, una científica encargada de clasificar las variedades botánicas de la región. Rafael es su pareja; Ezequiel, su chofer y enamorado. La desaparición de Laura revela una historia paralela: la de Carmen Zuna y Paolo Bertino, dos amantes que intercambiaban mensajes eróticos en los sesenta a través de libros hoy almacenados en la biblioteca de la localidad. Ambas narrativas, hilvanadas con asombrosa sencillez, devendrán en una tercera historia conformada por un romance lésbico, flores amarillas de alta potencia alucinógena, alusiones a apariciones extraterrestres y una criatura de la laguna con aspecto de yacaré (caimán) que bien podría ser una especie de niño estrella al estilo de 2001: Odisea del Espacio.

La búsqueda arranca gracias poder concreto de las palabras (los mensajes escritos, la divulgación científica de Laura en la radio), pero el viaje termina en el silencio y la contemplación cósmica. De tintes fantásticos y más de cuatro horas de duración, la portentosa obra mutante de Laura Citarella es la gran cinta de detectives de este siglo. (Trenque Lauquen se estrenó en diciembre en la Cineteca Nacional) (Circuito cultural-Cineteca Nacional)

2 Succession (Cuarta y última temporada). Todo lo que he escrito para Letras Libres sobre Succession, incluidas las Marcas Personales a la cuarta y última temporada, “aquí”. (HBO max)

3 Pacifiction. La política es como una discoteca. Una velada con el diablo. Luces estroboscópicas, destellando. Sin día, sin noche, sin tiempo. Pacifiction, de Albert Serra, captura con hipnótica pulsión decadente la tenebra sociopolítica y cultural de estos años. Benoît Magimel, luciferino. (Mubi)

4 Past Lives. Una historia de amor donde la sensatez y el pragmatismo se imponen a la pulsión romántica. También una exploración del universo sentimental del migrante moderno, quien, pese a sus aspiraciones integracionistas, sueña en su idioma natal. Brillante y desgarrador debut de Celine Song. (Blu-ray/DVD)

5 Rotting in the Sun. La cinta de Sebastián Silva captura con hilaridad despiadada la vacuidad expat gentrificadora del México Roma-Condesa, un universo donde nadie nunca deja de mamar, literalmente. Un inteligente baño de azufre disfrazado de ocurrente chiste metafílmico. Catalina Saavedra, impresionante. (Mubi)

6 El niño y la garza. Los temas usuales de Hayao Miyazaki (la pérdida, salvar a los padres, iniciar ciclos), pero con la imaginería poderosa y lúdica de sus trabajos más icónicos. Como sugiere la misma cinta, una cita con un creador preocupado por la paz espiritual de sus criaturas. (Estreno en salas)

7 La niña callada. Cáit, no sé si lograrás cambiar de padres; ignoro, también, si Eibhlín y Seán aprovecharán la oportunidad vital de pelear por ti. Lo que sé: tú ya no te vas a hundir, y, pase lo que pase, ellos sabrán que ayudaron a sacarte de ese pozo de estiércol. Niña callada, no más. Una cinta de Colm Bairéad. (Estreno en salas)

8 Huesera. A diferencia de varios directores debutantes, la energía punk desplegada en la ópera prima de la mexicana Michelle Garza Cervera no se disemina en el desparpajo o la crudeza técnica; por el contrario, el discurso que cuestiona la imposición social del instinto materno como destino de vida es sublimado por un apabullante control estético, derivado, en buena medida, por un conocimiento erudito de los resortes e imaginería del cine de horror. El uso alegórico del morado en los laberintos infernales de la limpia-exorcismo evidencia a Garza Cervera como una de las realizadoras más prometedoras del planeta. Enhorabuena.

9 Los delincuentes. Si bien luce a primera vista como una cinta genérica de ladrones, esta película de Rodrigo Moreno es una fuga psicogénica de obsesiones bressonianas, ambientes a lo Éric Rohmer y desdoblamientos de personalidad más cercanos a Persona y Lost Highway que a Nueve reinas. Atención a los nombres espejo de los personajes (Román-Morán/Norma -Morna), la pantalla dividida y el hecho de que el jefe de la oficina esté interpretado por el mismo actor que la hace de capo de la cárcel. Una cinta que sueña otra cinta. Alucinante. (Mubi)

10 Killers of the Flower Moon. Inmersiva e inteligente. Los que acusan a Martin Scorsese de querer hacerse el woke no entendieron nada, mucho menos el final, sabiamente ácido, donde queda claro que esto es una representación realizada por un hombre blanco: nadie pretende apropiarse de nada. La comedia cruel que irrumpe conforme crece la destrucción de los osages acentúa la tragedia. Gangsters y fundadores; payasos, todos. Ya ni hablar de la emoción desbordada que provoca comprobar que Scorsese sigue en plenitud ya pasados los 80. Leyenda. (Estreno en salas)

11 Cómo tener sexo. La desesperación asfixiante de una adolescente obligada a fingir que se la pasa bomba en la fiesta cuando en realidad muere de miedo. Lo peor: sus amigas la ven como una basura cuya misión es hacer el ridículo para entretenerlas. El desmadre hostil que contextualiza las primeras experiencias sexuales como infierno espiritual. (Mubi)

12 Tár. Si bien la discusión pública la ubicó como una prueba Rorscharch en torno a la cultura de la cancelación, Tár está muy por arriba de ser un mero juguete pop diseñado para capturar el zeitgeist. En realidad, la cinta de Todd Field es una historia de fantasmas que retrata la egolatría de una mujer excepcional que, al igual que muchos líderes en diversos ámbitos, pierde de vista una verdad elemental: el éxito de un ensamble es un triunfo colectivo, y no el logro personal de una estrella (discurso que queda manifestado por la decisión de Field de iniciar la cinta con los créditos finales). (Disponible en diversas plataformas)

13 The Fabelmans. Nada escapa a la cámara. La secuencia más dolorosa: la versión sin censura de un día de campo familiar realizado hace más de 50 años. La edición como acto de revelación y diálogo interno. La secuencia más luminosa: John Ford (David Lynch, icónico) pendejeando al joven Steven Spielberg. “Cuando llegues a la conclusión de que colocar el horizonte en la parte inferior o superior del encuadre es mucho mejor que colocarlo en medio, entonces podrás convertirte en un buen realizador. Ahora… ¡lárgate!». (Disponible en diversas plataformas)

14 Wonka. Dudo que lo nominen a un Oscar o le den algún premio -a fin de cuentas, ¿a quién le importa ya esa clase de cosas? -, pero toda una gozada fantástica el Oompa Loompa de Hugh Grant en esta precuela de Paul King a Willy Wonka y la fábrica de chocolate, la película de Mel Stuart basada en la historia de Roald Dahl. Lejos de querer emular la sicodelia perturbadora de la cinta de Stuart, King crea una cinta dulce e inspiradora. Sale airoso de la apuesta. Un high de chocolate. (Estreno en salas)

15 Tótem. Los últimos minutos -con esa intimidante mirada de Sol- son rito de pasaje, toma de conciencia y arrebato melancólico por lo que se perdió y perderá después. Si La camarista era una reflexión sobre roles y clases sociales, esta segunda cinta de Lila Avilés explora la representación y el universo familiar, donde todas las fiestas son de disfraces. Un teatro kabuki, pues. La casa clasemediera de Tótem termina siendo casi tan asfixiante como el hotel de La camarista. Ambas prisiones, al fin. (Estreno en salas)

16 Lynch/OZ. A partir del análisis de los vasos comunicantes entre la obra de David Lynch y El mago de OZ, Alexandre O. Philippe construye un ensayo sobre la experiencia cinematográfica concebida como un viaje hacia nosotros mismos. Una odisea deslumbrante. Aplausos. (Circuito cultural-Doqumenta)

17 Pearl. Quizá carezca de la circularidad y contundencia de X, pero vaya que Ti West toma riesgos en Pearl (estéticos, temáticos, tonales). El efecto acumulativo es lisérgico. La audición de Pearl es una carcajada diabólicaque no debe verse bajo el influjo de estimulante alguno. Quedan advertidos. (Disponible en diversas plataformas)

18 Enferma de mí. En algún lugar entre Bret Easton Ellis, David Cronenberg y John Waters habita esta pertinente comedia de Kristoffer Borgli sobre la victimización narcisista que caracteriza estos años. Un tanto básica, quizá, pero un golpe sin anestesia y directo a la cara. (Mubi)

19 Godzilla Minus One. El honor no radica en morir para dignificar un pasado mítico disfrazado de presente, sino en sobrevivir para proteger el futuro. El viejo Japón materializado en monstruo nuclear debe morir. Majestuosa. A ver en la pantalla más grande posible. Un filme de Takashi Yamazaki. (Estreno en salas)

20 Espíritus de la isla. Lo que hace Colin Farrell en esta obra de Martin McDonagh es apoteóisico. Los matices de desamparo, confusión y abandono emanan de un lugar doloroso y profundo. Verdad total. El punto más alto de su carrera hasta ahora. (Disponible en diversas plataformas)

21 Araña sagrada. Una confirmación del talento de Ali Abassi (Border) para entrelazar temas y subtextos como exclusión, soledad, horror, mitos y monstruos inquietantes (el asesino y la sociedad que le aplaude, en este caso). Visceral. (Mubi)

22 Somebody Somewhere. Conmovedora serie que retrata a un sector que rara vez vemos representado con simpatía en la narrativa estadounidense: los clasemedieros rurales que habitan la América profunda (Kansas). Un sector que no está compuesto por rednecks malévolos homofóbicos y racistas, sino por personajes con múltiples claroscuros. Algunos de ellos, incluso, entrañables. ¡Fred Rococo, por siempre! Bridget Everett, that´s entertainment! (HBO max)

23 La sociedad de la nieve. Sea de desastres naturales, sea de traumas generados por la pérdida de un ser querido, o sea incluso de criaturas prehistóricas clonadas para ser las estrellas de un parque de diversiones, la sobrevivencia es el gran tema autoral de J.A Bayona. En la sociedad de la nieve, el realizador español lleva su obsesión al extremo al narrar con avasalladora pericia técnica el accidente aéreo y supervivencia posterior de 16 personas conocida como tragedia (o milagro) de los Andes, acontecido en 1972. Además de construir una estremecedora experiencia cinematográfica, Bayona realiza varios apuntes interesantes respecto la esperanza y la verdadera naturaleza del Dios de la montaña que habita en los corazones de los sobrevivientes. (Netflix)

24 Passages. En una primera lectura, esta cinta de Ira Sachs es un retrato del egoísmo de un artista que piensa que los demás deben estar en función de él y sus caprichos emocionales (el hecho de que Franz Rogowski interprete a un director de cine, quizá una de las pocas posiciones donde el autoritarismo es aún considerado como requisito para el trabajo, revela la intención con claridad). Vista desde otra perspectiva, el filme también funciona como una reflexión sobre los peligros de no terminar ciclos y quedarse a medias en el pasaje de una relación a otra.  El uso del rojo para indicar el estado emocional de los personajes es formidable. (Mubi)

25 The Killer. A primera vista, The Killer parece una narrativa casi confesional por parte de David Fincher: un tipo dispuesto a sacrificar cientos de aburridas horas nalga y emprender numerosas redundancias para materializar un momento de satisfacción. Sin embargo, el personaje interpretado por Michael Fassbender no es una figura trágica ni cool, sino un burócrata que decide rebelarse a ser despedido por cagarla una sola vez. La apertura en París y la secuencia con Tilda Swinton muestran al director en plena forma. Una de las cintas más subvaloradas del año. (Netflix)

26 La decisión de partir. El director coreano Park Chan-wook entrega un noir que parte de una de las premisas más clásicas del género: el detective que se enamora de una mujer aparentemente inocente que deviene en mujer fatal. La sangre que caracterizaba a trabajos como Oldboy y Thirst ha sido sustituida por un control sereno de la imagen; permanece, eso sí, el gusto por las relaciones hipertóxicas y el azote argumental. El Nicholas Ray de In a Lonely Place estaría orgulloso de haber filmado algunos de los diálogos de esta película. (Disponible en plataformas)

27 The Last of Us. Las tres charlas que sostuve con @GonzoPersona para analizar la primera temporada, “aquí”. (HBO Max)

28 Asteroid City. Grosso modo, la audiencia de Wes Anderson se divide en tres categorías: los incondicionales, los haters y los que han sostenido una relación amor-odio en constante dinámica pendular a lo largo de tres décadas. Por cada joya adorada (Rushmore, The Royal Tenenbaums, Grand Budapest Hotel), Anderson produce trabajos de lindura y condescendencia infumables que, si bien nunca orillan a reconsiderar el amor por sus notas más altas, redundan en una merma de confianza respecto a su potencial futuro. Asteroid City es un argumento sólido para recuperar la esperanza. Lo mejor: la irrupción del extraterrestre, una secuencia tan llena de asombro como el encuentro con el tiburón tigre en Life Aquatic. «You can’t wake up if you don’t fall asleep». Diferentes épocas, misma energía. (Disponible en plataformas)

29 Mission Impossible: Dead Reckoning Parte Uno. Liderada por Tom Cristo Cruise, la iglesia del IMF enfrenta al algoritmo satánico y el anticristo Gabriel. La salvación radica en una cruz y el amor de Cruise por sus apóstoles, a los cuales ama más que a su propia vida. Divertidísima. El final del tren, un delirio. (Disponible en plataformas)

30 Oppenheimer. Del histérico tono excitado con el que Matt Damon le recuerda al resto de los personajes (y al espectador) que estamos ante algo increíblemente importante (“How about because this is the most important fucking thing to ever happen in the history of the world!”) a la manera en que Cillian Murphy se pone el sombrero y toma su pipa antes de salir de casa (casi idéntica a la forma en que Bruce Wayne se disfraza de Batman en la Baticueva antes de salir a salvar a Ciudad Gótica), sin obviar las imágenes de sexo trascendental donde Florence Pugh lee el Bhagavad Gita mientras se monta a Murphy, Oppenheimer está repleta de trazos de brocha gorda que rayan en lo risible. No importa. Nunca nadie va a señalar a Chris Nolan como un ejemplo de sutileza, por lo que criticarlo a estas alturas de excesivo resultaría francamente ocioso. De hecho, a diferencia de la infumable Tenet, su trabajo anterior, la grandilocuencia funciona con eficacia admirable en Oppenheimer. Lo que otros directores habrían ejecutado como un drama sobrio y académico sobre el ascenso y caída de uno de los personajes más polémicos del siglo pasado, en manos de Nolan se convierte en un espectáculo operístico sobre un “destructor de mundos” donde cada rostro merece ser fotografiado en closeup y con resolución IMAX. El resultado es tan apabullante como irresistible. (Disponible en plataformas)      

31 Master Gardener. Si bien la última entrega de la trilogía sobre hombres violentos que encuentran la redención en el amor de una mujer no es tan redonda como las dos anteriores, First Reformed y The Card Counter, Paul Schrader consigue dimensionar sus preocupaciones espirituales en el contexto del odio y polarización que aqueja al Estados Unidos del siglo XXI. Joel Edgerton da la mejor actuación de su carrera como el jardinero exnazi aún incapaz de borrar los tatuajes que lo delatan como el monstruo que fue; una variación exitosa del “hombre solitario de Dios”, ese ser ascético que comparte sus obsesiones atormentadas a través de un diario que escuchamos en off, presente en la obra de Schrader desde los días de Taxi Driver. Los fantasmas del pasado se pasean con turbulencia por el presente. (Blu-ray/DVD)

32 Scavengers Reign. Una nave carguera sufre un accidente y queda a la deriva en el espacio. La tripulación sobreviviente queda atrapada en un planeta ajeno e inquietante. Habitado por especies desconocidas y mortales, el planeta parece actuar con conciencia propia, como una fuerza hibridizadora que busca apoderarse de los cuerpos y mentes de los nuevos visitantes. Armada de una multitud de referencias al subgénero de horror existencial de ciencia ficción (Aniquilación, Swamp Thing, Event Horizon), e influida en términos estéticos por Hayao Miyazaki y Moebius (el planeta es una especie de versión oscura de Edena), este trabajo de animación de Joe Bennett y Charles Huettner es una joya alucinante, llena de misterio y melancolía. (HBO max)

33 Háblame. Este debut de Danny y Michael Philippou materializa golpes de terror con varios subtextos inherentes al inagotable tema de la posesión demoniaca (redes sociales incluidas). Inquietante y sorprendentemente melancólica. (Disponible en plataformas)

34 The Crown. Tras una desastrosa primera mitad centrada en los días finales de Lady Di, la última temporada de The Crown cierra con elegancia y solidez. Lo mejor: la emotiva dignificación del oficio de los empleados de la corona (el guardián de los cisnes, el gaitero, el que dobla las servilletas). El final con las cuatro reinas, icónico. (Netflix)

35 John Wick 4: Baba Yaga. Osaka, el antro, las secuencias cenitales donde vemos cómo Keanu Reeves despacha malosos con balas con “aliento de dragón”, el acezante último tercio con locutora onda The Warriors-Vanishing Point, las escaleras sisifianas, el duelo final. Todo en glorioso IMAX. Sí, ¡esto es cinéma, bitches! (Disponible en plataformas)

36 The Bear. La serie conecta dos episodios superiores que acreditan el hype con el que fue recibida la segunda temporada. El primero es Fishes. “I make things beautiful for them… and no one makes things beautiful for me.» Entre el horror y el absurdo del desastre familiar, un plato de cannolis. El segundo es Forks: punto en que en que el programa se despoja de los clichés de “chef bajo presión” y sirve belleza en el plato. Ebon Moss-Bachrach, entrañable como Richie. (Star+)

37 Copenhagen Cowboy. Insufrible, genial, excesiva. Fondeado por I Promise, de Peter Peter, el escape que cierra el primer episodio es una de las notas más altas de la carrera de Nicolas Winding Refn. Llena de ideas. Emotividad neón. (Netflix)

38 El show. La entrevista que sostuve con Diego Osorno, creador de El Show, «aquí«. (Vix)  

39 Familia. Una sorpresa. No sólo porque el personaje interpretado por Daniel Giménez Cacho escapa a los esquemas típicos del patriarca latinoamericano, sino por la que el director Rodrigo García plantea la relación con el terruño familiar: hogar y cárcel, a la vez. Vendan esa casa, chicos. (Netflix)

40 Guardians of the Galaxy 3. La única película de superhéroes que no decepcionó este año en taquilla es la entrega más lograda de la trilogía dirigida por James Gunn, quien logra diseñar un entretenimiento contagioso al tiempo que confecciona la que quizá sea la película más traumática de Marvel. Los compañeros de celda de Rocket son las criaturas más trágicamente freakies del cine comercial de años recientes. (Disney+)

41 Hojas de otoño. El amor, la amistad y el cine como únicos santuarios posibles frente a la pobreza, el desempleo, la desesperanza provocada la guerra y las pulsiones autodestructivas (el alcoholismo, en este caso).Es correcto: el finlandés Aki Kaurismäki siempre hace la misma película, peronunca deja de conmover y dibujar una sonrisa en nuestros rostros.¿Qué más se le puede pedir? (Circuito cultural-estreno en salas)

42 Extraña forma de vida. El prólogo de algo que podría ser extraordinario en la carrera de Pedro Almodóvar, pero hasta ahora eso, un esbozo. La estética remite a Sergio Leone, el vestuario a Johnny Guitar, y la historia a un referente seguramente involuntario: The Long Long Time, de The Last of Us. Un par de vaqueros destinados a amarse en un rancho en el fin del mundo. Hawke y Pascal, bonita pareja. (Mubi)

43 La dama del silencio: el caso mataviejitas. A diferencia de Bellas de Noche, donde el interés de la realizadora María José Cuevas estaba centrado el retrato de personajes, la intención de este documental producido por Netflix es construir un fresco de las fallas del sistema de impartición de justicia en México a partir de la investigación de uno de los crímenes más mediáticos de la historia reciente: el caso mataviejitas. El objetivo se cumple a cabalidad; no obstante, las partes que perduran en la memoria son las que dibujan el perfil de dos personajes memorables: el pintoresco Gabriel “Tigre” Regino y la oscura Juana Barraza Samperio, quien parece haber encontrado en la cárcel la calma y el respeto que no recibió en la sociedad. (Netflix)

44 Maestro. Con el respaldo de Scorsese, Spielberg, Cuarón y el dinero de Netflix a su servicio, Bradley Cooper fue por todas las canicas con Maestro; ejercicio infladísimo de narcisismo oscareable, cierto, pero ejecutado con brío e ideas propias que lo acreditan como un autor menor. Ya no odien tanto a Cooper. ¡Es Rocket, carajo! (Netflix)

45 Fleishman is in trouble. Esta miniserie vale la pena por Me-Time, el episodio donde vemos la ascendencia y declive del matrimonio Fleishman a través de los ojos de Rachel (Claire Danes), una mujer atormentada por creer que la “sofisticación” aristócrata es como una lengua materna: si no la aprendes en la infancia, jamás la hablarás sin perder el acento. El síndrome del impostor a la enésima potencia. (Star+)

46 The Old Man and the Pool. Frente a la ansiedad de saber que tenemos el tiempo contado, humor y ternura. El consejo de Mike Birbiglia: llevar un diario para ver la vida como una historia separada de nosotros y poder alentar de vez en cuando al protagonista. Enjoy every sandwich! (Netflix)

47 Ricky Gervais: Armageddon. Como sucede con Dave Chapelle, así sea por mera frescura, le urge encontrar otro tema que no sea el de la guerra cultural antiwoke; dicho esto, la rutina del pequeño Ricky en el baño haciendo lo inconfesable para tener un perro es uno de los highlights de su carrera. (Netflix)

48 Barbie. El alma de la película no radica en sus supuestas transgresiones feministas -aspecto que no puede ocultar que, en términos básicos, la cinta es un brillante esfuerzo de reinvención de marca diseñado para que Mattel siga vendiendo miles de muñecas en los años por venir-, sino en la dinámica vis cómica de Ryan Gosling, hilarante como Ken. Ojalá Mattel no se convierta en la nueva Marvel. (Disponible en plataformas)

49 Silo. Una serie que captura con eficacia y vigor la paranoia y el miedo de la era del simulacrum poscovid. Hace dos años habría sido crucificada por la prensa woke estadounidense por mostrarse escéptica ante la idea del encierro como forma de vida; hoy, en cambio, es uno de los pocos éxitos de Apple TV. Ojalá no tiren el balón en la segunda temporada. Rebecca Ferguson, espectacular. (Apple TV)

50 Silent Night. La cinta más reciente de John Woo no es un regreso a las orgiásticas balaceras en cámara lenta de Hardboiled o Face-Off,sino un relato de relativa sobriedadsobre la venganza que un hombre ejerce contra los asesinos de su hijo.La sencillez casi abstracta de la premisa es correspondida por el imperativo estético de prescindir del diálogo casi de manera total. El resultado es un ejercicio de estilo que merecía haber sido recibido con más entusiasmo en su paso por los cines. (Estreno en salas)

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