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enero 19, 2021

Las 50 de 2020

por Mauricio González Lara

Esta es la lista de las películas y series que más me gustaron en el año del virus

1 Polvora y Gloria. Sólo el que arde puede entender la belleza y densidad del fuego. Esta obra de Viktor Jakovleski sobre la obsesión pirotécnica de los habitantes de Tultepec, estado de México, documenta que no existe nada más glorioso que trascender las llamas. Como las quemaduras que sufren quienes son apartados de las llamas por el santo de Tultepec, el arte debe sacudirnos primero para salvarnos después. El dolor es una prueba de vida que se exhibe con convicción y orgullo, y no un mero souvenir de una pulsión suicida sin razón de ser. Milagrosa y espectacular.

2 Bacurau. El desconcierto inicial, las drogas, la ominosidad, los asesinos colonizadores cazados por el juego, la violencia delirante, Lunga, drones y la carcajada final de una comunidad que bien podría ser un conjunto de fantasmas, ajenos a los mapas. Bacurau, obra mayor que confirma el inmenso talento de Kleber de Mendonça Vasconcellos Filho. Codirigida por Juliano Dornelles.  

3 Small Axe: Lovers rock. Textura, cadencia, trance. Steve McQueen consigue su mejor película en Small Axe: Lovers Rock, una fiesta hipnótica donde nada sucede, pero pasa todo. La Claire Denis de 35 Shots of Rum la ve (y baila) admirada. Puro amor cachondo dub. La nota más alta del desigual (aunque fundamental) experimento de la serie Small Axe.

4 Dick Johnson is Dead. El funeral “falso” que cierra Dick Johnson is dead es el regalo más amoroso posible: la prueba que destierra las dudas del padre en torno al miedo a ser olvidado. Dick no sólo será recordado por su hija y toda la gente que lo ama, sino por el espectador del mismo documental. Enorme gesto.

5 ZeroZeroZero. Mi reseña para Confabulario, aquí.

6 The Nest. La inquietante espiral descendente de una familia acomodada que pierde dirección y se enfrenta al horror de reconocer quiénes son. Sean Durkin, esteta frío a observar. Carrie Coon y Jude Law, brillantes.

7 My brilliant friend. Mi reseña para Confabulario, aquí.

8 Familia de medianoche. Además de ser un testimonio contundente de los absurdos bananeros bajo los que operan los servicios de salud, este documental de Luke Lorentzenes un retrato profundo de la degradación moral de un clan orillado a fungir como ángel y buitre de los habitantes de la Ciudad de México. Esencial.

9 Un buen día en el vecindario. “Todo lo mencionable es manejable”, nos dice Mr. Rogers, interpretado con maestría zen por Tom Hanks. Rogers casi nunca menciona nada sobre él. Demonios múltiples se esconden detrás de ese golpe final al piano en la engañosa cursilería de It’s a beautiful day in the neighborhood. Imaginen a Mr. Rogers como interrogador del FBI. ¡Rompe mentalmente a cualquiera!

10 Uncut Gems. Quizá la velocidad acumulada ahogue un poco este retrato de los hermanos Safdie sobre la ludopatía en el universo de las idiosincrasias de los joyeros judíos y sus faroles clientes afroamericanos, pero estamos ante un sólido noir, hijo de James Toback y nieto de Night and the City (Dassin). No es un exceso comparar a Sandler con Richard Widmark. Bogosian, espectacular. Ratotas todos.

11 Druk (Another Round). Atrapado entre la imposibilidad de perpetuar la hermandad de la borrachera, el matrimonio mentiroso, la ridícula racionalización del vicio (la peda como estudio científico) y la gozosa pulsión autodestructiva, mejor bailar y seguir bebiendo. Grande, Mads vía Vinterberg.

12 The Last Dance. Mi reseña para Letras Libres, aquí.

13 Family Romance, LLC. El ritual y los comandos de nuestra programación importan más que la persona, representación siempre intercambiable. La oscura sencillez con la que Werner Herzog expone esta lógica es casi encantadora. El eslabón que conecta Inteligencia Artificial con Anomalisa.

14 Pienso en el final. La vida trágica de las hormigas, un ensayo que escribí para Letras Libres sobre Charlie Kaufman, aquí.

15 Fireball. Imposible no quebrarse de emoción cuando el realizador regresa a la Antártida y abraza al resto de los aventureros. Werner Herzog, ratificamos, es la aventura del mundo hecha carne. Héroe. Plus: aún pienso en la posibilidad de que una roca con la historia del cosmos pueda aterrizar en la casa de tu perro.

16 Perry Mason. Mi reseña para Letras Libres, aquí.

17 Spree. Una sátira sobre la cultura de los influencers presentada como el livestream de un chofer psicópata hambriento de likes. Divertida, ácida y ultraeficiente, si bien su mordida final debería ser más salvaje. Joe Keery es toda una revelación.

18 The Plot Against America. El estado de negación del padre de familia que aún cree que su mundo no se ha ido al carajo, el colaboracionista que “kosherifica” a Lindbergh, el potente final. Tan pertinente que casi duele verla. David Simon es una de las mentes más lúcidas de Estados Unidos.

19 Host. Divertida reunión espiritista en zoom que capitaliza con talento la coyuntura pandémica. El gag del loop es uno de los lances más inventivos de 2020.

20 Bad Education. Parte retrato del maestro como político corrupto, parte crónica de desintegración moral a la Paul Schrader, esta cinta de Cory Finley es la prueba incontrovertible de que Hugh Jackman es un actor de peso completo. Pura bravura. En HBO.

21 Sincerely, Louis CK. Aunque carente de la densidad existencialista y la unidad conceptual de sus mejores sets, este show de Louis CK conecta varios momentos hilarantes. La primera vez que vi estos chistes en el espectáculo que presentó en México, pensé que por lo menos la mitad estaba más allá del borde e iba a ser imposible incluirlos en un especial. Me equivoqué, afortunadamente.

22 I May Destroy You. Mi reseña para Confabulario, aquí.

23 Curb your Enthusiasm. El magnífico egoísmo de Larry David, ensayo para Letras Libres, aquí.

24 Servant. Jericho, episodio nueve de la serie, es por mucho lo más inteligente que M. Night Shyamalan ha dirigido en toda su carrera. Gran parte del crédito es del complejo y astuto guion de Tony Basgallop, pero vaya, honor a quien honor merece.

25 His House. Comenzar desde cero es imposible, pero también lo es estar atado al pasado sin sacrificar la posibilidad de integrarse y construir un nuevo hogar. El migrante, por ende, debe vivir con sus pecados y fantasmas, quizá porque él mismo es un espectro. Una película de Remi Weekes.

26 Mrs America. Un retrato sobre poder, derechos y emancipación femenina a propósito de la lucha en torno a la ratificación de la Enmienda de Igualdad de Derechos (ERA) en los setenta. La visión reduccionista de la serie (por momentos el asunto parece reducirse a una simplona pugna entre dos bandos) es sorteada con garbo por Cate Blanchett y Rose Byrne, quienes logran inyectarles múltiples matices a sus personajes: la conservadora Phyllis Schlafly y la feminista Gloria Steinen, adversarias con más vasos comunicantes de los que están dispuestas a admitir. 

27 Tripping with Nils Frahm. Filmado en 2018 en el legendario escenario berlinés Funkhaus, este concierto captura al compositor y músico alemán en la plenitud de sus poderes hipnóticos. Energético e inmersivo, Frahm se revela como un performer de amplio rango que lo mismo apela al dance tachoso, el jazz cósmico y al minimal cíclico estilo Philip Glass.  

28 Mano de obra. Dirigida con contención y habilidad para configurar espacios interiores, la ópera prima de David Zonana es una comedia negra disfrazada de drama revanchista sobre la ambición, la desigualdad y los trastornos provocados por el privilegio. Luis Alberti da la nota más alta de su carrera hasta ahora como albañil explotado devenido en justiciero paracaidista obnubilado por el poder.

29 Diego Maradona. El genio y el tramposo, el sentimental y el farsante, el humilde muchacho noble y el narciso cocainómano infumable. La dualidad Diego y Maradona, esencia del alma argentina. No sé si Asif Kapadia encuentra del todo la naturaleza dividida del ídolo, pero emociona al intentarlo.

30 American Dharma. Errol Morris analiza la representación épica de Steve Bannon a través del visionado y discusión de sus cintas favoritas. Bannon es el diablo, claro, ¿pero acaso Lucifer no es el más fascinante y conmovedor de todos los ángeles?

31 Wolfwalkers. Encantador recordatorio en gloriosa 2D de que la animación comercial de vanguardia no se tiene que reducir a la eterna evolución del detalle digital. Una pieza de raigambre celta cuyos múltiples subtextos vibran con una densidad muy diferente a la profundidad estilo algoritmo de Soul u Onward.

32 Tales from the Loop. El pueblo melancólico retrofuturista de esta serie de Amazon Prime es un universo que merece más reconocimiento. No siempre acierta el tono (¿todo tiene que ser tan triste en el Loop?), pero cuando lo hace, la serie alcanza momentos de inusual belleza. Más cercana al Decálogo de Kieslowski que a La dimensión desconocida de Serling.

33 The Fall. Una postal del talento de Jonathan Glazer para crear imágenes y sonidos inquietantes, sobre todo sonidos. El linchamiento en redes sociales presentado como pesadilla de turbas enmascaradas y pozos profundos. A veces es posible ascender de nuevo.

34 Ok, está bien. Todo el asunto se deja ver sin mayor complicación -y el cameo de Juan Heladio en el Chopo, una de las pérdidas más lamentables del año pasado, es particularmente emotivo-, pero la cinta de Gabriela Ivette Sandoval será recordada por su salvaje secuencia inicial: nadie ha filmado una descripción más desternillante y precisa del patetismo cinéfilo que esa.

35 Península. Los zombis de Busan conocen Mad Max beyond Thunderdome en una telenovela delirantemente cursi muy coreana en el discurso “la familia es el hogar”. No es el punto más alto de Yeon Sang-ho, pero un buen palomazo de de imaginación expresiva (ese coliseo de zombis).

36 Possesor. Pese a una primera mitad soporífera, la película conecta imágenes inquietantes capaces de espantar el sueño por varios días (¡esa máscara de carne!). Nadie es dueño de sí mismo.

37 You don´t Nomi. El aspecto notable de You don’t Nomi, el documental sobre esa pieza maldita llamada Showgirls, es cómo una labor crítica inteligente – despojada de la necesidad de complacer a los cuates de la industria, ser semáforo y sin prejuicios- puede revalorar una cinta injustamente vilipendiada. Para eso está la crítica, precisamente, no para aplaudir como focas a los productos rutinarios de siempre.

38 El hombre invisible. Más influenciada por Les Diaboliques (H.G. Clouzot) que por otras cintas sobre el personaje. El temor al fantasma -a lo invisible- como alegoría del dominio asfixiante. Un poco hueca, aunque muy bien ejecutada. La secuela será, imagino, La mujer invisible. Moss como vengadora invisible de abusos con el policía y su hija como team de ayuda. El final es una origin story, básicamente.

39 The Vast of Night. La manera más palmaria de presentar este trabajo de Andrew Patterson es describiéndolo como un episodio de La dimensión desconocida dirigido por Robert Altman (planos secuencia de ángulos forzados, diálogos largos y rápidos de engañosísima banalidad, desorientación espacial). Una promesa a seguir.

40 Richard Jewell. Una vigorosa oda al redneck que enfrenta un sistema que lo encuentra sacrificable. El protagonismo de Jewell luce peligroso, pero palidece frente al del policía y la reportera que sienten que la vida les “debe algo”. Eastwood a los 90.

41 The Beach Bum. Fantasía ultradroga sobre un poeta que vaga por un mundo que parece alinearse de manera cósmica para que sea libre y feliz. Un trabajo intoxicante y sincero de Harmony Korine. Visualmente majestuosa. McConaughey, Snoop y Hill, estupendos. Evasión muy recomendable durante la pandemia.

42 El acusado y el espía. Relato sobre el encarcelamiento de Alfred Dreyfus, un oficial judío francés acusado injustamente de traición en la Francia de finales del siglo XIX. Filmada sin grasa y aspavientos, el regreso de Roman Polanski a la solvencia emotiva. 

43 The Mandalorian. Tantos recursos gastados en las cintas de Star Wars para que llegue esta serie de Disney+ con unos muppets estilo Burbujas y salven la franquicia. Nobleza obliga: Jon Favreau debería cobrar más. Es claro que tiene olfato mercadotécnico y aquí confecciona un producto eficiente y divertido.

44 Vaquero del mediodía. Si bien a veces peca de una solemnidad un tanto exasperante -casi toda la banda que desfila dando testimoniales, créanme, puede ser más divertida que lo que vemos en pantalla-, este documental de Diego Osorno cumple con el objetivo de introducirnos al personaje y obra de Samuel Noyola vía una búsqueda que remite a Cesárea Tinajero y Los detectives salvajes. “Donde me impulsaron al diez, yo sólo alcancé a ver el cero”.

45 World of Tomorrow 3: The Absent Destinations of David Prime. El tercer episodio de la serie animada retoma los viajes por el tiempo de los clones de Emily y David para continuar con los apuntes ácidos y melancólicos de Don Hertzfeldt sobre el amor, la tecnología y la obsesión humana de prolongar la vida. Esta entrega quizá sea la más inventiva.

46 Nomadland. Lo que comienza siendo una interesante exploración de las nuevas tribus de nómadas generadas por la cuarta revolución industrial termina convirtiéndose en un algoritmo tramposo que aglutina ecos de The Straight Story, Lucky e Into the Wild. La ternura que emana del rostro de Frances McDormand, sin embargo, se mantiene ajena a la explotación sentimental. Un triunfo actoral muy por arriba de la cinta que le da origen.

47 Harley Quinn (segunda temporada). Un desmadre burlón perfecto para anestesiarse del drama provocado por el virus. Una serie animada “para adultos” que consigue que consigue para DC la desacralización anárquica que un producto como Deadpool debería concretar para el Marvel. Prueba de que el mayor talento de The Big Bang Theory era Kaley Cuoco. Una delicia pop.

48 Freaky. Si bien no va a los lugares perversos a los que debería ir -recomiendo revisar el hilarante cierre del especial más reciente de Louis C.K.-, pero Freaky es un rato muy disfrutable gracias el despliegue histriónico de Vince Vaughn y la prometedora Kathryn Newton.

49 The Hunt. Aunque el asunto resulta menos salvaje de lo que cree ser, este palomazo consigue trazar una acertada burla hacia la histeria y pedantería woke, lo cual, de manera nada sorprendente, le ganó varios enemigos que intentaron cancelarlo. Betty Gilpin lleva bien el protagónico. Más principales para ella, por favor.

50 Retrato de una mujer en llamas. Todos los años hay una obra aclamada por el público y la crítica que a uno lo deja frío. Nunca sentí la química entre las protagonistas a la que aluden el grueso de los colegas en las reseñas de esta cinta de Céline Sciamma, lo que sí encontré irreprochable -y creo es razón suficiente para incluirla en este ejercicio- es la fotografía de Claire Mathon, sin duda uno de los trabajos digitales más cuidados de años recientes. Retrato de una mujer en llamas será citada por siempre en la cuenta de @OnePerfectShot, lástima que derive en algo tan anodino como la leche deslactosada.