Posts tagged ‘George Clooney’

febrero 25, 2012

El CEO de Hollywood

por Mauricio González Lara

Si Hollywood tuviera un CEO, no hay duda, el cargo sería de George Clooney.

Cada vez que aparece una película nueva de George Clooney, la prensa de espectáculos, tan proclive al cliché y la exageración, celebra al actor como la “última estrella de Hollywood”, a la vez que se deshace en elogios en torno a su simpatía natural. Es un ritual cansado y no del todo cierto: finalmente, basta revisitar Ocean’s eleven para comprobar que Brad Pitt y Matt Damon poseen el mismo nivel de carisma que su amigo y coestrella (es más, de los tres, probablemente George  sea el de menos alcance y registro actoral).

No, Clooney no es la última estrella de Hollywood, pero sí es su figura más centrada e inteligente. Alejado del escándalo y la frivolidad, siempre preparado para el activismo filantrópico, pero libre de  aires mesiánicos de autoimportancia y corrección política, George emblematiza todos los atributos de la masculinidad  clásica que desearíamos poseer (guapura, inteligencia, madurez, conciencia, talento); y lo hace con goce y sin esfuerzo, con la naturalidad de alguien que se sabe diseñado para la responsabilidad.

Si Hollywood pudiera tener un CEO, el cargo debería ser de George Clooney. Es un líder nato. Nunca lo veremos quejarse de la presión de la fama o de lo supuestamente difícil que es el trabajo actoral, ni tampoco leeremos  testimonios sobre su inseguridad o tiranía como director. Tales mariconadas serían una ofensa contra la prosapia que lo define y explica.

De ER a Poder y traición

Pese a que muchos los imaginan como un playboy de smoking y perpetua copa de Moët en la mano, Clooney es un tipo de gustos guarros: su mascota por muchos años fue un cerdo y su actual novia es Stacy Keibler, quien hasta hace poco era una figura prominente de la lucha libre estadounidense. Punto extra: le encantan las flatulencias. “Me fascinan los pedos, la sola palabra me da mucha risa, nada me divierte más,  todo el tiempo cargo un cojín “tira pedos” para hacerle bromas a mis amigos y colegas en los sets”, declaró hace unos meses a la revista Rolling Stone.

El talante relajado le viene de familia. Nacido el seis mayo de 1951 en Lexington, Kentucky,  George Timothy Clooney es hijo del periodista Nick Clooney,  y de Nina Warren, mujer dedicada a la política. Su tío era el actor José Ferrer (ganador del Oscar por Cyrano De Bergerac), su primo es Miguel Ferrer y su tía la famosa cantante de jazz y country Rosemary Clooney. Formado bajo la sólida visión liberal de su padre (a quien dedicó su película Buenas noches y buena suerte), su mismo salto a la fama fue atípico: entrado en sus treintas y gracias  la telenovelesca serie ER, ese nocivo antecedente que le abrió camino a las insufribles Grey’s Anatomy y Private Practice.

Con frecuencia se olvida, pero George le debe su popularidad a un ejército de señoras cursis que lo encontraron “irresistible” en el papel del pediatra Don Ross. Este “pecado original” explica el buen juicio con el que ha manejado su carrera, cada vez más abocada a proyectos arriesgados y apuestas de calidad. Más aún, como lo demuestra Poder y Traición (The ides of march), su cuarta película como director, la vejez no lo va a frenar. Todo lo contrario: en 10 años, cuando la sexta década de existencia le reste bonos como galán plateado, Clooney estará inmerso en la dirección, probablemente preparando lo que serán sus primeras obras maestras.

+Este texto se publicará en la edición de marzo de la revista Deep.

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febrero 25, 2012

Clooney’s eleven

por Mauricio González Lara

Estas son las 11 películas claves en la filmografía de George Clooney.

1 Del crepúsculo al amanecer (1996). Esta especie de precedente a lo que Robert Rodríguez y Quentin Tarantino harían una década después con el concepto Grindhouse fue la primera película con George en el rol estelar. La secuencia en la que una semidesnuda Salma Hayek baila con una serpiente es memorable; lo demás, no tanto.

2 Un romance muy peligroso (1998). Tras el fracaso de la horripilante Batman y Robin, donde el director Joel Schumacher  nos presentó al Batman más gay de la historia (¡esos pezones!), Clooney merecía desaparecer del planeta, pero resurgió con esta disfrutable cinta en la que interpreta a un ladrón de altos vuelos que termina enamorándose de la policía que lo acecha (una cachonda Jennifer López). Su primer divertimento con Steven Soderbergh.

3 Tres reyes (1999). Un interesante trabajo sobre la ocupación mercenaria de Iraq disfrazado de cinta de aventuras. George se conduce con aplomo y se refrenda como un viable actor protagónico.

4 ¿Dónde estás, hermano? (2000) Guiado por los hermanos Coen, Clooney sabotea las expectativas y sorprende con un papel cómico en esta extraña pero efectiva variación sureña de La Odisea. George empieza a ser tomado en serio por la crítica.

5 Ocean’s eleven (2001). Nuestra estrella en todo su esplendor Hollywood. Nada más, pero tampoco nada menos. La manera en que Matt Damon y Brad Pitt asumen con naturalidad sus papeles secundarios dice todo acerca del carisma y liderazgo de Clooney. La película más entretenida de Steven Soderbergh. ¿Quién no ha soñado ser como Danny Ocean en Las Vegas?

6 Siriana (2005). Este complejo entramado escrito y dirigido por Stephen Gagan es de vista obligada para todos aquellos que deseen entender la política exterior estadounidense en el Medio Oriente y su relación con el cada vez más escaso “oro negro”. Un gordo y barbado Clooney interpreta a un decadente agente de la CIA que paga un precio muy alto por hacer lo correcto. El rol le ganó un Oscar por mejor actor secundario. Anécdota: el papel de George estaba pensado originalmente para Harrison Ford.

7 Michael Clayton (2007). Esta dura mirada sobre la falta de escrúpulos de las corporaciones es uno de los grandes thrillers de la década pasada. La secuencia inicial –en la que vemos las gélidas y vacías instalaciones del corporativo asesino al ritmo del demencial monólogo de Tom Wilkinson-  es todo un clásico. El punto más alto de George: la destrucción de Tilda Swinton. “I’m Shiva, the god of death!”

8 Amor sin escalas (2009). Un desapegado ejecutivo que se dedica a correr gente por todo Estados Unidos cobra conciencia de su vacío a causa del amor. ¿Suena cursi? Quizá, pero el director Jason Reitman conduce todo con una sensibilidad ajena al  azúcar y los finales felices. El mejor momento: la escena en la que Clooney se entera que sólo ha sido un “paréntesis”. Devastador.

9 El americano (2010). Diseñada bajo la lógica y estética de los thrillers de asesinos melancólicos de finales de los 60 (El Samurai, A quemarropa), esta obra de Anton Corbijn está criminalmente subvalorada. Contenido y vulnerable, Clooney recuerda al mejor Alain Delon. Una pequeña obra maestra.

10 Poder y traición (2011). En las antípodas de la santurronería que caracteriza al cine hollywoodense sobre el mundo de la política, Poder y traición es una lúcida reflexión sobre cómo inevitablemente la lealtad es la más desechable de las virtudes humanas, amén de filiaciones y simpatías. Si bien ya había mostrado talento como director en Confesiones de una mente peligrosa y Buenas noches y buena suerte, Clooney aquí se revela como un realizador capaz de entregar obras mayores.

11 Los descendientes (2011). Si bien conecta algunos apuntes agudos sobre los sentimientos encontrados frente a la muerte de un ser querido, este melodrama de Alexander Payne contiene demasiada paja como para tornarse en la elegía que debería ser. Algunos han criticado que  la imagen pública de Clooney, orgulloso soltero empedernido, choca demasiado con la del agobiado y convencional padre que interpreta en la cinta. Ya el tiempo pondrá las cosas en su lugar.

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