El primer álbum de Grinderman, banda formada por Nick Cave y algunos miembros de The Bad Seeds, fue recibido en 2006 con un extraño escepticismo. Mi hipótesis es que muchos interpretaron su principal virtud como defecto: Grinderman es un disco que expresa sin anestesia el dolor de los años; así suena y se siente la crisis de la mediana edad. Prerrogativa de artista: mientras un cincuentón común y corriente se compra un auto deportivo para desviar la atención de su propia decadencia, un tipo como Nick graba un disco de rock durísimo sobre ansiedad apocalíptica y frustración sexual.
El resultado es fascinante y merece ser mucho más celebrado. Ojalá que el segundo disco del grupo, programado para el 2010, ponga todo en su lugar. Mientras tanto, van tres muestras explosivas de su poder en vivo:
No pussy blues
When my love comes down
Honey bee (Let’s fly to Mars)
La foto es de Robert Loerzel. Su sitio: www.undergroundbee.com