Lost. En lugar de ser una resolución a los acertijos planteados durante más de 90 horas, el final es una cursilería monumental donde todos los protagonistas literalmente se van al cielo con sus seres queridos. Una mentada de madre. Como bien dice Abed en Community, la metáfora televisiva del «lack of payoff».
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Nip Tuck. La carencia de ideas era tan evidente en su fase final que sólo falto que le hicieran una cirugía plástica a un extraterrestre.
Entourage. A partir de la tercera temporada, Entourage se convirtió en un Sex in the city para hombres. Hasta Ari Gold se tornó irritante. El resultado de contar el mismo chiste una y otra vez.
The Walking Dead. Hacia el final de la primera temporada la serie se degeneró en una telenovela aburrida y exasperante. Todo un insulto a la cultura zombie.
Damages. La primera temporada luce prometedora gracias a su estructura de flashforwards, una disfrutable truculencia y un sólido cuadro de actores. Todo se cae en la segunda. ¿Alguien cree que Rose Byrne da el ancho para ser rival digna de Glen Close?
“Arcade Fire es uno de los acontecimientos más importantes en el arte de los últimos 100 años”.- David Bowie
Si sólo tratáramos de describir al primer disco de Arcade Fire por su narrativa, sonaría como algo muy similar a Fanny y Alexander, la cinta de Ingmar Bergman de 1982: una obra sobre emociones infantiles, pérdida, ritos de iniciación, el dolor de la edad adulta, fantasmas familiares y una comunidad que, pese a sus gozosas tradiciones, se encamina al olvido; es decir, como una pieza de temas oscuros y nostálgicos. Lo es, pero como podrá atestiguar cualquier afortunado que lo escuche por primera vez, también es un álbum lleno de luz, euforia y esperanza. Con extrema naturalidad, sin poses, como si cumpliera un destino manifiesto felizmente aceptado por todos, Arcade Fire entregó en su debut la gran celebración vital de la década. Al Funeral le siguió en 2007 Neon Bible, disco que sólo confirmó lo que ya sabíamos: lo mejor aún está por venir.
2. XTRMNTR- Primal Scream (2000)
“Un disco cuya vigencia es a prueba de todo, incluso del mismo Primal Scream”.-NME.
“Estoy adelantado a mi tiempo”, canta Bobby Gillespie en 5 years ahead of my time, uno de los bonus tracks del XTRMNTR. En el 2000, año que se editó el disco, ¿quién podía discutírselo? El disco continúa siendo una experiencia sónica alucinante: un imparable monstruo electrónico de guitarras abrasivas que mezcla la acidez del punk estilo MC5 con la distorsión de My Bloody Valentine y los beats del mejor trabajo de The Chemical Brothers. El XTRMNTR es una tormenta de sonido expresada en función de una protesta política efectiva y ajena al compromiso militante: Pills y Swastika eyes explotan como granadas, mientras Shoot speed/Kill light materializa la sensación que debe experimentar un piloto cuando su avión de combate rompe la barrera del sonido.
3. Yoshimi Battles the Pink Robots – The Flaming Lips (2002)
“No hay nada más inspirador que The Flaming Lips”.- Cat Power.
Wayne Coyne, líder conceptual de The Flaming Lips, parecía destinado al fracaso: mantener el nivel del Soft Bulletin, uno de los discos claves de los 90, lucía como labor imposible, algo casi tan complicado como la misión en la que se embarcaban su par de protagonistas para salvar al mundo. Pero Coyne triunfó y la crítica enloqueció: “Fábula imposible de ciencia ficción”, “reinvención del espíritu de Brian Wilson”, “reflexión sobre la pérdida de humanidad frente a la tecnología”. Blah blah blah. Lo mejor de Yoshimi es su empatía: cuando Coyne nos dice que aprovechemos cada momento como si fuera el último en canciones como Do you realize?, no escuchamos a una rock star estilo Bono tirándonos netas, sino a un buen amigo que en verdad desea lo mejor para nosotros. ¿Acaso se puede pedir más?
4. Revés/ Yo soy – Café Tacuba (1999/2000)
“Una de las grandes bandas de todos los lugares y de todos los tiempos”.- Gustavo Santaolalla, productor.
A estas alturas, calificar a Café Tacuba como el combo más consistente y sólido de México suena a aburrida reiteración. A fines de 1999, sin embargo, el grupo todavía no lograba quitarse del todo la imagen de broma pintoresca con la que muchos asociaban su estilo. Revés/Yo soy dinamitó esos prejuicios: Revés, el disco instrumental, les ganó el respeto de la alta crítica y varias figuras icónicas (Kronos Quartet); por otro lado, Yo soy, el disco “pop”, ratificó en un tono personal sus inmensas habilidades para fusionar las raíces populares de la canción mexicana con las tendencias globales. La proeza transformó al cuarteto de Satélite en improbables ídolos: dos gorditos, un flacote y un chaparrito prieto: cuatro individualidades poderosas, auténticas y estimables. (Nota: si bien en términos estrictos el Revés/Yo soy se edito en el segundo semestre de l999, su impacto y resonancia sin duda pertenecen a esta década.)
5. Sound of Silver –LCD Soundsystem (2007)
“James Murphy es una fuerza de la naturaleza”.- Tiga.
El segundo disco de LCD Soundystem es una hábil sumatoria de lo mejor de los últimos 30 años: Bowie, The Flaming Lips, Kraftwerk, el disco, el punk, Tiga, Daft Punk, en fin, éste es un álbum con todo y para todos. Esa razón sería suficiente para incluirlo en esta lista; no obstante, el aspecto que hace del Sound of Silver una obra indispensable es su profunda emotividad lírica: de no ser porque hace “música dance” (cualquier cosa que eso signifique), James Murphy sería uno de los letristas más valorados de hoy, sobre todo entre los treintañeros que comienzan a sentir el peso de los años. El Sound of Silver es, grosso modo, un trabajo sobre la crisis de la mediana edad. Dos botones de muestra: Someone great, pieza que relata la terrible normalidad con la que la vida sigue tras la pérdida de una persona amada, y All my friends, track que captura el vacío anticlimático de llegar «con éxito» a la edad donde no pasa nada y pasa todo: where are your friends tonight? If I could see all my friends tonight! Brutal.
6. Kid A – Radiohead.
El peso de seguir al Ok Computer, considerado casi por unanimidad como el mejor disco de la década pasada, era razón suficiente para tirar la toalla, o peor aún, entrar a una aburrida zona de confort. El grupo liderado por Thom Yorke optó por lo contrario: hinchados de un palmario sentido de propósito, produjeron el Kid A, quizá el disco en que logran balancear de manera más sólida la experimentación electrónica con su naturaleza de banda de rock. El Kid A es un grito de desesperación emitido desde las entrañas de un centro comercial: un sentimiento quebrado y hermoso.
7. Merriweather Postpavillion – Animal Collective. Aunque podría funcionar como un sólido argumento para promover la legalización del ácido, lo cierto es que el triunfo del disco radica en conjuntar una complejísima sicodelia con melodías de una ductilidad casi acuática.
8. Vespertine – Björk. No es una bodega de sencillos: el Vespertine es un paraíso privado al que se entra en busca de verdad y sosiego. El pico más alto en la carrera de la Islandesa.
9. Is this it? / The Strokes. El disco que hizo que el rock sin pretensiones volviera a sonar como una buena idea.
10.I am a Bird Now/ Antony and the Johnsons. La insólita voz de Antony ansiosa por conectar con los bellos sentimientos.” You are my sister, and I love you”. ¡Claro que sí!
11. Sea Change– Beck. Sin artificio ni floritura, Beck produjo el “heartbreak” álbum de los primeros años del siglo. Sensual desolación.
12. Discovery – Daft Punk. Si tuviste la fortuna de verlos en vivo, no tenemos que explicar nada; si no los viste, pues te retamos a pensar en un disco de mayor influencia en la música electrónica actual.
13. Stories From the City, Stories From the Sea -PJ Harvey. Aunque el White Chalk y el Uh huh her tambien podrían estar en esta lista, nos inclinamos por este álbum gracias a This mess we´re in, áspera crónica del desastre amoroso cantada a dúo con Thom Yorke.
14. Third – Portishead. Todos esperaban algo que sirviera como pretexto para hacer una gira de “grandes éxitos”, pero Portishead entregó su disco más propositivo y su canción más alucinante: The rip.
15. Powder Burns – The Twilight Singers. Con este desagarrado disco conceptual sobre la adicción a la cocaína, Greg Dulli, motor creativo de Twilight Singers y otrora líder de Afghan Whigs, logró su absoluta obra maestra.
16. White Blood Cells – The White Stripes. Blues + explosividad de garaje + llamativo vestuario bicolor + vocalista cara de niño y acento sureño imposible + adorable baterista de tetas enormes + lúdica duda sexual (¿hermanos? ¿amantes? ¿las dos?) + rolas contagiosas que hubieran enorgullecido al mismísimo Phil Spector. La ecuación de éxito de The White Stripes sería irresoluble, obvio, sin la genialidad de Jack White, uno de los pocos personajes icónicos con los que contamos hoy.
17. Turn on the Bright Lights – Interpol. Basta de asociarlos con Joy Division. El mismo Ian Curtis hubiera alzado los brazos y exclamado “gracias” ante una canción tan inmensa como NYC.
18. Silent Shout – The Knife. Tras el éxito mundial de Heartbeats y la colaboración de Karin Dreijer Andersson con Röyksopp, The Knife lanzó un trabajo casi imposible de precisar: un disco de texturas amenazantes y gélidas que, irónicamente, es toda una joya pop.
19. Saturdays = Youth – M83 Un inmenso homenaje a una adolescencia perdida que quizá nunca existió. Todos, absolutamente todos, nos hemos enamorado de una Graveyard girl.
20. Kala – M.I.A. La verdadera voz de la “world music”; una innovadora y ferozmente bailable amalgama de sonidos que, si bien basados en la etnicidad, proyectan los malestares de la aldea global con estilo y contundencia. El punto cumbre es Paper Planes: hiperpegajosa rola que, con la invaluable producción de Diplo, su otrora novio, es uno de los hits más propositivos y socialmente pertinentes de ésta y todas las décadas. “I fly like paper, get high like planes.”
21. Rock and Roll-Ryan Adams. De irresistible sencillez, este disco es la introducción perfecta al subvalorado y prolífico Ryan Adams. Ahora, si lo tuyo es el azote amoroso, recomendamos el Love is hell.
22. Because of the Times – Kings of Leon. El álbum más redondo de los hermanos Followill. Knocked up, en especial, es un clásico que defiende la decisión más antirock de la historia: cumplirle a la chava que embarazaste.
23. Hot Fuss – The Killers.
Provisto de un saludable sentido faux glam –no se podía esperar menos de un grupo originario de Las Vegas-, el primero y hasta ahora mejor disco de The Killers estaría más arriba de nuestra lista de no ser por la abrupta caída que sufre en su lado B. Como sea, pocas bandas tuvieron momentos más emocionantes que las sonrientes líneas de sintetizador al final de Mr. Brightside, o la honesta conminación a ser feliz de Smile like you mean it o ya de plano los coros pegajosos de All these things that I’ve done.
24. † – Justice. Del “electro” grasoso de Phantom a la pesadillesca Stress, sin olvidar la adorable D.A.N.C.E., la versatilidad del debut de Justice justifica su estatus de “fenómeno cultural”.
25.Every Day – Cinematic Orchestra. Con Every Day, de 2002, Jason Swinscoe demostró que ya no era un mero geniecito que se entretenía con samplers de jazz en su computadora personal, sino el líder de un diverso ensamble que incluía a Roots Manuva y la legendaria Fontella Bass. Los puristas se quejaron de que Cinematic Orchestra era una prostitución experimental del jazz; no obstante, estamos seguros que el mismo Miles gritaría emocionado con Evolution, o por lo menos chasquearía los dedos al ritmo de The man with the movie camera.
26. Come on feel… the Illinoise – Surfjan Stevens. Al principio suena como una broma elaborada: un proyecto donde cada álbum representará una provincia de Estados Unidos y se abordarán temas que irán desde OVNIs hasta el convivio con zombies, sin olvidar un templo erigido en memoria de Abraham Lincoln. No obstante, una vez que se escucha sin prejuicios, todo comienza a cobrar sentido: la fusión de cuartetos de cuerdas, metales, banjo, piano, oboe y coros crea un ambiente exquisito e intrincado, en el que cada una de las 22 piezas integran una capa que se superpone a la anterior en sublime intoxicación. ¿Y la cordura narrativa? ¡No jodan con nimiedades!
27. Boxer – The National. En su cuarto disco, The National aprendió a usar la austeridad como escenario de lujo para una contención musical que, paradójicamente, terminó por resaltar la intensidad de sus letras, como evidenció el éxito de Fake empire, lo más parecido que han tenido a un hit.
28. Demon Days – Gorillaz. Con la ayuda de Danger mouse, Damon Albarn no sólo superó el debut de su “banda virtual”, sino que alcanzó una popularidad insólita para un proyecto que, en el fondo, es un bizarro experimento.
29. Rooty – Basement Jaxx. Infaltable en cualquier fiesta de respeto, Rooty puso a todos a bailar con la romántica Romeo y la sexosa Get Off.
30. A Brief History of Love – The Big Pink. Si el proyecto de un álbum de Oasis producido por Death in Vegas se hubiera concretado, el resultado sería algo muy similar The Big Pink. Uno de los derroteros musicales de la próxima década.
31. Fever to tell – Yeah Yeah Yeahs. Cuando Karen O grita que “tiene una cita con la noche”, resulta imposible no desearla, pero cuando canta Maps, lo imposible es no amarla.
32. Dizzee Rascal – Boy in Da Corner
Letras reflexivas y políticamente incorrectas, fraseo de abrumadora habilidad, beats y sintetizadores agresivos, en fin, las credenciales de Dylan Mills, mejor conocido como Dizze Rascal, eran perfectas, por lo que no le costó mucho establecerse como una estrella indiscutible del hip-hop con este muy paranoico Boy in Da Corner, de 2004. Plus: a diferencia de sus contrapartes norteamericanas, tan obsesionadas con su dinámica de “malotes”, a Dizzee nunca le ha dado miedo bailar, como lo demuestra la irresistible Fix up, look sharp!
33. Let It Come Down- Spiritualized. El genio psicodélico de Jason Pierce al servicio de sentidas canciones de amor, ruptura y redención. Toda una limpia espiritual.
34. A Grand Don’t Come for Free- The Streets. ¿Te acaban de tronar? Este contemplativo disco de Mark Geoffrey Skinner, alias The Streets, contiene el mejor sencillo para que le eches ganitas y sigas adelante: la ya clásica Dry your eyes.
35. Anoche – Babasónicos. La secuencia inicial de Carismático / Yegua /Un flash desdobla las letras más inteligentes del rock en español. Si no lo entiendes así, pues, “tienes que aprender a fingir más”.
36. Speakerboxxx / The Love Below – Outkast. Sincretismo sin mácula entre la rapidez del hip hop, el funk estilo George Clinton y la sensibilidad sónica producida por el consumo constante de tachas. Gozoso hasta decir basta.
37. Return to Cookie Mountain – TV On the Radio. A veces se exagera el perfil alternativo de TV On the Radio: la majestuosidad de Province, exponenciada por los coros de David Bowie, es tan universal que hasta un fan de Paulina Rubio podría entenderla.
38. Agaetis Byrjun – Sigur Rós. Evitaremos el cliché de mencionar la fantástica secuencia de The life aquatic con Starálfur. Nuestro mejor argumento es el coro victorioso estilo Hey Jude de Olsen Olsen.
39. Heathen – David Bowie. Bowie no estaba de humor en 2002 para exploraciones electrónicas o búsquedas estilísticas, por lo que a la manera de un viejo lujurioso sacado de una novela de Philip Roth, confeccionó una obra vibrante y dura que se paseaba entre la incertidumbre (Afraid), la esperanza vencida (A better future), y el ansia sexual. Todo con un ánimo pagano cuya visión del paraíso era un amabilísimo vecindario donde hasta el perro del vecino decía “hola” (Everyone says hi).
40. Up the Bracket –The Libertines. Cadavez que te levantes crudo y destruido tras una noche de excesos, piensa en The Libertines y anímate: aún te falta mucho para llegar abajo.
41. Coles Corner – Richard Hawley. Tras escuchar la telúrica The ocean, hasta el más escéptico está obligado a aceptar que quizá Hawley no sea Lee Hazelwood… pero casi.
42. Future Sex/ Love sounds – Justin Timberlake. El disco más logrado del ídolo pop de la década. Los minimal beats de Sexy back, cortesía de Timbaland, son de otro mundo.
43. The Private Press – DJ Shadow. Un viaje que va de tracks cachondísimos como Six days a inquietantes piezas capaces de joder tu alma para siempre (Blood in the motorway).
44. Grinderman – Grinderman. Mientras un cincuentón común y corriente se compra un auto deportivo para desviar la atención de su propia decadencia, un tipo como Nick Cave graba un disco de rock durísimo sobre ansiedad apocalíptica y frustración sexual.
45. The Warning -Hot Chip. El trabajo más memorable del polifacético combo electropop inglés. El remix de Erol Alkan de A boy from school es épico.
46. As Heard on Radio Soulwax pt. 2 – 2 Many DJ’s. Hay innovaciones cuyo valor iconoclasta es tan contundente que se transforman en referentes de cualidades casi antropológicas. Entonces, así como entender la significación de Google, el iPod o la cultura del «narco» resulta fundamental para comprender el principio del siglo XXI, el “mash up” será crucial para comprender la naturaleza del hoy en el futuro. Bajo esa lógica, la valía de lo hecho por Soulwax en su versión “mashera todo va” de 2 Many DJ’s es monumental. Quizá lo único que supera su importancia es su capacidad de diversión: la fiesta es interminable con estos maestros.
47. The Seldom Seen Kid – Elbow. Accesible y emotivo, contiene One day like this, himno a la sorpresa y poder del amor. “Holy cow I love your eyes!”
48. Poses – Rufus Wainwright. La colección de canciones más delicada de Rufus. La conmovedora Poses fue reinterpretada en jazz por el trompetista Dave Douglas en su memorable The infinite.
49. Yankee Hotel Foxtrot – Wilco. Este disco le gusta incluso a las personas que odian a Jeff Tweedy, líder de Wilco. Baladas como Kamera y Jesus etc. se desdoblan con entrañable sencillez, mientras que Pot Keetle Black y Ashes of American flags reflejan el ánimo de miedo del Estados Unidos de la era Bush. «You were right about the stars, each one is a setting sun».
50. Scorpio Rising – Death in Vegas. La dupla de apertura, Leather y Girls, valen la inclusión: una turbina de guitarras que se torna en atmósfera de ensueño, con todo y voces femeninas que sugieren un mundo mejor. La parte de Girls sale al principio de Lost in Translation.
Los otros 50
51. The Last Broadcast – Doves
52. Under Construction – Missy Elliot
53. Franz Ferdinand – Franz Ferdinand
54. The Black Album – Jay Z
55. Comfort of Strangers – Beth Orton
56. Primary Colors – The Horrors
57. White Pony – Deftones
58. Ten silver drops – The secret machines
59. 23 – Blonde Redhead
60. Untrue –Burial
61. The Reminder – Feist
62. The Drift – Scott Walker
63. Sonic Nurse – Sonic Youth
64. Kill the Moonlight – Spoon
65. Top Ranking – Diplo and Santogold
66. Rings around the world – Super Furry Animals
67. Parachutes – Coldplay
68. Silent Alarm – Bloc Party
69. The Moon and Antarctica – Modest Mouse
70. No Way Down – Air France
71. It Still Moves – My Morning Jacket
72. Attack Decay Sustain Release – Simian Mobile Disco
73. Whatever People Say I am That’s What I’m Not – The Arctic Monkeys
74. Drukqs – Aphex Twin
75. LiftYour Skinny Fists like Antennas to Heaven- Godpseed You Black Emperor!
76. The Hour of the Bewilderbeast – Badly Drawn Boy
77. And Then Nothing Turned Itself Inside Out – Yo la Tengo
78. Rubbers and Cowards – Cold War Kids
79. Friendly Fires – Friendly Fires
80. Set Yourself on Fire – Stars
81. All is Dream – Mercury Rev
82. Bow Down to the Exit Sign – David Holmes
83. Chaos and Creation in the Back Yard – Paul McCartney
84. Graduation – Kanye West
85. You are the Quarry –Morrissey
86. Give Up – The Postal Service
87. Oracular Spectacular -MGMT
88. Howl Howl Gaff Gaff – Shoutout louds
89. Ok Cowboy – Vitalic
90. Push the Button – The Chemical Brothers
91. Crack the Sky –Mastodon
92. Ys – Joanna Newsom
93. Nite Versions – Soulwax
94. Van Lear Rose -Loreta Lynn
95. Figure 8 – Elliot Smith
96. The Life Pursuit – Belle and Sebastian
97. The Greatest – Cat Power
98. Veckatimest – Grizzly Bear
99. Rated R – Queens of the Stone Age
100. New Morning Changing Weather- International Noise Conspiracy
++Esta lista fue escrita originalmente para la revista Deep, donde apareció reducida y alterada sustancialmente. Esta es la versión original, la de los autores, pues.
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El primer álbum de Grinderman, banda formada por Nick Cave y algunos miembros de The Bad Seeds, fue recibido en 2006 con un extraño escepticismo. Mi hipótesis es que muchos interpretaron su principal virtud como defecto: Grinderman es un disco que expresa sin anestesia el dolor de los años; así suena y se siente la crisis de la mediana edad. Prerrogativa de artista: mientras un cincuentón común y corriente se compra un auto deportivo para desviar la atención de su propia decadencia, un tipo como Nick graba un disco de rock durísimo sobre ansiedad apocalíptica y frustración sexual.
El resultado es fascinante y merece ser mucho más celebrado. Ojalá que el segundo disco del grupo, programado para el 2010, ponga todo en su lugar. Mientras tanto, van tres muestras explosivas de su poder en vivo: