2018, un recorrido en 50 estaciones

por Mauricio González Lara

Estos son mis trabajos audiovisuales favoritos de 2018. Como el año pasado, me abstuve de elaborar clasificaciones diferentes entre series, películas, streaming, VOD y estrenos en salas cinematográficas. ¡Todo es cinéma!

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1 Mandy. La segunda cinta de Panos Cosmatos es mi pieza favorita de 2018.

Mis argumentos se encuentran en este texto que escribí para Letras Libres: Mandy, el ojo de la tormenta.

Y en esta charla-debate que sostuve con algunos colegas:

 

2 Call me by your name. De la simpatía imposible del elenco a la inevitable devastación amorosa, el aspecto que distingue a esta película de Luca Guadagnino es su visión de la cultura (alta y baja: escultura, arquitectura, Bach, The Psychedelic Furs) como un río sensorial y cachondo. Intoxicación total.

3 Atlanta. En este ensayo escrito para Letras Libres abordo la relevancia iconoclasta de Donald Glover: Postales de Atlanta

4 El hilo fantasma (Paul Thomas Anderson). Los minutos finales son tan enfermos que resulta imposible no pararse a aplaudir enajenado ante la música de Jonny Greenwod cuando llega ese beso oscuro y diabólico. «Kiss me, my girl, before I’m sick.» Hermoso par de orates.

5 Paddington 2. Acá el análisis de la cinta que escribí para Letras Libres sobre el oso que vino de Perú: Paddington 2, el oso “antibrexit” 

6 Hereditary. Aquí la reseña que escribí para Eje Central: El legado del diablo

7 First reformed. Con ecos de Mishima y Taxi Driver, Paul Schrader por fin filma temas de martirio y fe en su tan estudiada estética trascendental. El resultado, respaldado por una extraordinaria actuación de Ethan Hawke, es magistral. Un debate entre la furia y la esperanza ante el inminente Apocalipsis.

8 Roma. Un triunfo técnico de naturaleza totalizadora, casi marcial, que demanda ser visto varias veces para poder ser desglosado. ¿Cuántos trabajos existen en ese nivel? Un logro prácticamente inobjetable de Alfonso Cuarón.

9 Pájaros de Verano. Esta pieza de Cristina Gallego y Ciro Guerra genera resonancias míticas que lo mismo abarcan la tragedia griega, la Biblia, relatos wayús y Shakespeare. La caída de una familia/pueblo cuya alma ya estaba infectada mucho antes de la llegada del narco corruptor. Bravo.

10 You Were Never Really Here. Joaquin Phoenix cada vez está más impresionante. La melancolía acumulada materializada corporeamente en inflamación, músculo, pesadez. La angustiante ternura de esos ojos. El niño maltratado sigue ahí, en ese bulto lacerado, atrapado, hundiéndose cada vez más. Fragmentación, fantasmas, violencia, redención. Obra mayor. Lynne Ramsay, poeta de la asfixia.

11 Ready Player One. ¿Es complaciente plantear que la enajenación virtual/cinematográfica puede funcionar como evasión y liberación revolucionaria a un solo tiempo? Claro, pero la contradicción no le resta goce a esta divertida obra de Steven Spielberg. La mera secuencia de Kong vale el boleto. Vaya potencia.

12 Tiempo compartido. La reseña que escribí para Eje Central, “acá

13 Spiderman: Into the Spiderverse. Una desbordante cascada de color que lo mismo mezcla fragmentación estilizada de vanguardia con una ágil estética hip-hop a la “Hype” Williams. Emocionante, sofisticada, entretenidísima. El escape obligado de 2018.

14 Las buenas maneras. Este “objeto cinematográfico no identificado” (Ernesto Diezmartínez, dixit) proveniente de Brasil -y filmado por Juliana Rojas y Marco Dutra- expone que el amor es una fuerza salvaje que, tarde o temprano, tiende a sublimarse en el sacrificio paroxístico, sea en su expresión romántica o maternal. Una inesperada y fresquísima aportación al mito del “hombre lobo”.

15 The Florida Project. Esta cinta de Sean Baker es, desde luego, la historia de una madre e hija que viven en los márgenes de la fantasía americana, pero también es el retrato del fracaso de un modelo económico y sociocultural; el árbol que crece a pesar de haberse caído desde hace ya mucho tiempo. Notable.

16 Lean on Pete. Imposible no quebrarse con Lean on Pete, cinta que confirma a Andrew Haigh como uno de los grandes directores vivos. Una historia de triunfo frente a la orfandad ajena a cualquier condescendencia. Charlie Plummer va a ser un gigante.

17 Lucky. La entrevista que le realice al director John Carroll Lynch, “acá

18 La balada de Buster Scruggs. El comentario radiofónico sobre esta obra mayor de los hermanos Coen, “aquí

19 Misión imposible: Repercusión. Tom Cruise reafirma su mito de maneras extraordinarias en esta última entrega de Christopher McQuarrie. Momento cumbre: el plano secuencia del salto en avión. Daredevil!

Más sobre el mito de Tom Cruise, “acá

20 The Americans (Temporada 6). Aquí los dos textos que escribí sobre la última temporada de la serie para Letras Libres: Start y Hacemos lo que nos dicen.

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21 Por un hijo (Jusqu’à la garde). Este drama doméstico de Xavier Legrand va de la desorientación y la falta de certeza (¿quién miente?, ¿quién es responsable de qué?) a la pesadilla estremecedora y apabullante. Rigurosa, emotiva, inteligente. Vaya control de Legrand.

22 Rostros y lugares. El gran viaje de dos artistas en apariencia disímiles – Agnès Varda y JR. La secuencia del embarcadero es quizá la sorpresa visual más deslumbrante que haya dado el cine francés de esta década. Una conexión con las personas y el mundo.

23 The Deuce (temporada 2). Carne y fantasía, realidad e idealización, persona y personaje, hecho y representación, amor y explotación. ¿Cómo conciliar todo eso como país, como ciudad, como humanos? Otro triunfo de David Simon.

Un texto que escribí sobre la primera temporada para Letras Libres: The Deuce, capitalismo porno

24 Sin amor (Andrey Zvyagintsev). El “reveal” del niño en el baño es un golpe que ratifica que en Rusia se llora en silencio. La secuencia recuerda a Lilja bajando por las escaleras al principio de Lilja 4 ever. El dolor de saberte sacrificado por padres a los que les urge abrazar una vida que no te incluye. Devastadora.

25 La casa de Jack. Escribí un texto al respecto para Eje Central sobre esta película de Lars von Trier. Persona non grata

26 Aniquilación. El miniensayo que escribí para Letras Libres sobre esta cinta de Alex Garland, “acá»

27 Upgrade. Divertida revenge movie que concibe a la singularidad como posesión satánica. El final -una variación perversa del cierre de AI (Spielberg)- es de alto impacto.

28 La región salvaje. Los primos de clase media de los bastardos sueñan con escapar del conservadurismo a un lugar sin límites. La región salvaje, sin embargo, no es un lugar, sino una epifanía cósmico sexual en forma de criatura tentacular. La cinta más accesible de Amat Escalante es la más alucinatoria.

29 In a Quiet Place. Un lugar tranquilo es la cinta que se esperaría a estas alturas de M. Night Shyamalan. Como buena cinta de horror, captura angustias de su tiempo: en este caso, el miedo a que no guardar silencio equivalga a ser linchado por fuerzas de oído hipersensible. Bien, John Krasinski.

30 Lázaro feliz.  Tras el pintoresquismo con el que abre la descripción de la vida campesina, se esconde una parabola moral más cercana a von Trier que a la calidez con la que el cine italiano tiende a describir lo rural. La divinidad no esté peleada con la esclavitud. Al contrario.

31 The Other Side of the Wind. El trabajo de un hombre que dinamita sin piedad su propio mito del artista macho, duro y maldito. ¿Qué mejor protagonista que John Huston? Orson Welles, amo del meta. El hecho de que podamos ver The other side of the wind gracias a Netflix es una ironía que probablemente le habría causado gracia a Welles: la cinta, finalmente, habla sobre el fin de una manera de entender y hacer cine.

32 They Will Love Me When I’m Dead. Este documental de Morgan Neville es obligatorio una vez vista The Other Side of The Wind. No sólo descubre detalles increíbles -incluída la hermosa revelación del significado del título TOSOTW-, sino que es un retrato fascinante de la megalomanía de Orson. Así como la experiencia de Fitzcarraldo no está completa sin Burden of dreams, The Other Side of the Wind se magnifica y enriquece con They’ll Love Me When I’m Dead.

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33 Tokyo Vampire Hotel. El comentario radiofónico sobre esta obra de Sion Sono, “acá

34 Sucesión. En este texto para Eje Central escribí sobre el fracaso y la serie: Instantáneas del fracaso

35 The Haunting of Hill House. Fantasmas, la reseña para Eje Central, “aquí

36 Batman Ninja. Una alucinación de hongos waraitake que reimagina al héroe en el Japón feudal. Un recorrido delirante por múltiples estéticas visuales niponas. La sola secuencia en “acuarela” que visualiza a Joker y Harley como campesinos redimidos es inmensa. Sorpresa triunfal.

37 Sorry to bother you. La genialidad conceptual de Boots Riley está muy por arriba de su capacidad cinematográfica: el delirio rara vez se desdobla en pantalla con la intensidad que amerita el absurdo de lo que propone el creador. Pese a sus limitaciones, una obra destinada a convertirse en un punto de referencia en los años por venir.

38 Yo, Tonya. La película avanza con un predecible funk que se sueña scorsesiano hasta que Margot Robbie se revela como un payaso trágico demolido por la estupidez y la dictadura de la belleza. Tras sangrar en el piso, reclama nuestro aplauso. ¿Por qué no dárselo? ¡Invencible diosa tripleaxel!

39 Sueño en otro idioma. El final traduce lo que ya no sólo era intraducible, sino inexpresable. Es como si le hubieran puesto subtítulos al secreto confesado al árbol de In the mood for love. ¿Para qué? Pese a todo, un conmovedor salto para Ernesto Contreras.

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40 La muerte de Stalin. Afortunada comedia de “terrores” de Armando Iannucci que proyecta la pulsión salvaje de los monstruos que la protagonizan. El final, denso y grave, funcionaría bien en teatro.

41 The Romanoff´s. Esta antología de relatos de Matthew Weiner nunca encontró el público que merecía. Lástima. La gran audiencia se perdió joyas como Bright and High Circle, un mar de  ambiguedad con una conclusión tan exasperante como real: las más de las veces es imposible obtener certezas sobre la calidad moral de una persona y actuar en consecuencia, sobre todo en un contexto donde la apariencia lo es todo

42 Isla de perros. Lejos de ser la sublimación de obsesiones que fue Gran Budapest Hotel, la película desdobla una estética geométrica que es imposible de resistir. Como perro mayor, Bryan Cranston demuestra lo desperdiciado que está tras Breaking Bad.

43 Wild Wild Country. Mi reseña para Letras Libres, “acá

44 The Post. Quizá le falte grasa a The Post -comparemos al Ben Bradlee de Hanks con el de Jason Robards, por ejemplo-, pero difícil argumentar contra alguien capaz de montar una secuencia como la de la conferencia telefónica donde Graham toma la decisión de publicar. ¡Spielberg forever, gente!

45 Wonder Wheel. Quizá, como señalan sus detractores, exista cierta condescendencia exculpatoria de Woody Allen en el personaje de Timberlake, a la vez que desdobla una clara mirada acusatoria, y un tanto inecesaria, sobre Winslet. Como sea, la cinta más vital en términos estilísticos que le hayamos visto a Allen en mucho tiempo.

46 Forever. Los primeros cinco episodios de Forever están más cercanos a Charlie Kaufman que al humor “twee” de Portlandia.

47 Sicario: día del soldado. Ojalá las narconovelas mexicanas fueran la mitad de empáticas con sus personajes como lo es esta secuela al éxito original de Denis Villeneuve. Un tanto menospreciada. Merece rescatarse de nuevo.

48 Nuestro tiempo. La primera hora es un viaje hermoso (la turbulencia animal en el paraíso, el concierto); lo demás no está exento de genio (el plano aéreo, ¡El muerto!), pero la ociosidad narcisista del planteamiento y el gringo más sope de la historia terminan por romper el trance. Más allá de la discordancia, un paso adelante en la búsqueda de Carlos Reygadas.

49 Springsteen on Broadway. El testimonio de un icono consciente de que su carrera se edifica en múltiples contradicciones, tanto públicas como privadas. Las evocaciones infantiles son inmensas; el resto podría beneficiarse de un mayor enfoque. Toda una limpia espiritual

50 Extraño enemigo. Giménez Cacho como una variante de Fernando Gutiérrez Barrios es uno de los aciertos más afortunados en la historia de la televisión mexicana. Un sólido thriller político. Nada más, pero tampoco nada menos.

+Notas sobre el listado:

1 Zama no está incluida debido a que alcanzó a figurar en la lista de 2017.

2 Debido a que Cold War se estrena en los próximos meses, he decidido esperar a verla hasta su exhibición oficial en México.

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