Estas series empezaron bien, pero…
Lost. En lugar de ser una resolución a los acertijos planteados durante más de 90 horas, el final es una cursilería monumental donde todos los protagonistas literalmente se van al cielo con sus seres queridos. Una mentada de madre. Como bien dice Abed en Community, la metáfora televisiva del «lack of payoff».
¿Tú también te sientes avergonzado de haber visto Lost durante más de un lustro? Haz click «aquí».
Nip Tuck. La carencia de ideas era tan evidente en su fase final que sólo falto que le hicieran una cirugía plástica a un extraterrestre.
Entourage. A partir de la tercera temporada, Entourage se convirtió en un Sex in the city para hombres. Hasta Ari Gold se tornó irritante. El resultado de contar el mismo chiste una y otra vez.
The Walking Dead. Hacia el final de la primera temporada la serie se degeneró en una telenovela aburrida y exasperante. Todo un insulto a la cultura zombie.
Damages. La primera temporada luce prometedora gracias a su estructura de flashforwards, una disfrutable truculencia y un sólido cuadro de actores. Todo se cae en la segunda. ¿Alguien cree que Rose Byrne da el ancho para ser rival digna de Glen Close?
Más textos sobre TV: